Abstract
La arquitectura educativa en Lima y el resto del país provoca segregación hacia el exterior debido a que genera largos recorridos con muros ciegos que no permiten las relaciones visuales ni espaciales respecto a la vereda o a nivel peatón; los cuales se configuran como edificaciones de patios cerrados, esta condición dada a partir de premisas como seguridad interna, seguridad estructural entre otras, lo que obliga al cierre respecto a la calle o al espacio público.