Abstract
En las y los niños, el asombro es inevitable, es una capacidad fundamental con la que contamos para crecer y desarrollarnos. En los adultos el asombro y la curiosidad tienen beneficios incalculables para fortalecer nuestras habilidades de autoconocimiento y de autoestima. El asombro y la curiosidad permite el desarrollo de la ciencia y de la tecnología, esto invita a potenciar estas capacidades para dar lugar a maravillarse ante todo aquello por encima de nuestras posibilidades, motiva a derribar barreras y muros para crear e inventar mejoras en el mundo.