Resumen
La firma simbólica del Contrato Social inauguró –basado en la igualdad universal y en la libertad– la forma política de las sociedades modernas y contemporáneas, incluidas las nuestras. Sin embargo, alcanzar de hecho y de derecho esa igualdad universal que, desde un inicio debió haber contemplado también a las mujeres, implicó largos años de lucha, de protestas y de reformas constitucionales.