Resumen
Este artículo revisa cómo la teleserie El sexo débil (2011) propone visualmente un “reposicionamiento de la masculinidad” (Vendrell, 2011) sobre todo desde las experiencias afectivo-corporales de sus protagonistas. Como propone Nikki Wedwood (2009), es urgente enfatizar modelos de masculinidad que socavan simbólicamente -a través de la televisión o de otros canales masivos de comunicación- discursos y prácticas de la normatividad heteropatriarcal.