Abstract
La incorporación del concepto de género —como categoría de análisis que nos permite entender significativamente las relaciones de poder entre mujeres y hombres, su carácter de construcciones socioculturales que permean todos los procesos sociales pero que, al mismo tiempo, son relaciones dinámicas susceptibles de ser renegociadas y transformadas— al análisis de la realidad social ha planteado nuevas críticas e interrogantes a los cientistas sociales y los ha obligado a revalorar los paradigmas teóricos-metodológicos.