Resumen
Se ha demostrado que mediante las actividades de juego el alumno puede
aprender mejor. Marginar el juego de la educación equivaldría a privarla de
uno de sus instrumentos más eficaces de enseñanza, a decir de Ausubel
(2022), el educador debe asegurar que la actividad de los niños sea una de
las fuentes principales de su aprendizaje y desarrollo, es decir a través de la
experimentación los pupilos expresan sus intereses y motivaciones, así como
también descubren el conocimiento y la relación con su entorno.