Abstract
La inclusión en el ámbito educativo conlleva actitudes de profundo respeto por las diferencias y una responsabilidad para hacer de ellas una oportunidad para el desarrollo, la participación y el aprendizaje. La inclusión se fomenta desde edades tempranas, en las cuales los niños aprenden, interactúan, comparten por igual, son espontáneos y tratarán a sus compañeros como amigos, no existe en ellos la discriminación o por lo menos no hasta que la misma sociedad influya en su desarrollo. No discriminan los alumnos, discriminan los padres, el contexto y en algunas situaciones los mismos docentes.