Resumen
La evaluación no es una actividad neutral, es decir, no está libre de valores e ideologías,
pues la sola conceptualización implica una postura política e ideológica de los valores
educacionales. Asimismo, se requiere saber ubicar a la evaluación de acuerdo con el tipo
de racionalidad que la sustenta, de lo contrario, no se identificarán los fines que se
persiguen, tal es el caso de la evaluación sustentada racionalmente por el positivismo,
cuyo interés instrumental deposita la objetividad y la medición como problema
fundamental de ella.