Abstract
Hay docentes que dejan en sus alumnos marcas profundas que perduran en el tiempo y que luego se manifiestan de diferentes maneras. Se trata de trazas dibujadas por experiencias que conmueven y perduran, que hacen que el alumno se retire de la clase pensando y sintiendo; nos referimos a las huellas que deja aquella práctica docente compleja y reflexiva, que va más allá de simplemente ofrecer un conjunto de hechos, datos y conceptos ya que tienen un entramado subyacente que les da sentido.