Resumen
Es indiscutible el negar que asistimos a la afirmación de un “nuevo tipo” de hombre y que esto es un hecho que se acentúa cada vez más. Parecería que la exaltación del “superhombre” de Nietzsche,1 en cuanto a sus connotaciones, se delinean en una especie de hombre que se centra más en aquello que no es y no debe ser, que en lo que es en realidad.