Cultura de evaluación formativa en la práctica docente: ventajas y aportes para el desarrollo de competencias en los estudiantes universitarios

Abstract

Una cultura formativa exige: aprendizajes desafiantes, prácticos, que partan de las necesidades e intereses de los estudiantes; clases dinámicas, motivadoras, reflexivas, que generen diversas formas de aprender y actuar, que mejore las relaciones socioafectivas y la eficacia profesional; un modelo holístico, participativo, que transmita seguridad, confianza y genere espacios continuos de actualización. Que deje de lado la cátedra, lo cuantitativo, que atienda la diversidad y empodere al docente con los nuevos enfoques, que cambie paradigmas, supere resistencias y el dominio disciplinar. En cuanto a las fortalezas se enumeran: la predisposición al cambio, la creatividad, globalizados, diversos, pero que trabajan y usan las redes con gran naturalidad.