Abstract
Durante casi todo el siglo XX los investigadores dieron por sentado que la región del Amazonas en Brasil, el Petén en Guatemala, Belice y sur de Yucatán eran territorios cuyo tipo de suelos, vegetación y clima no eran aptos para sustentar una agricultura productiva, sostenible a largo plazo y capaz de sustentar grandes concentraciones de población, ni sociedades complejas en la época precolombina.