Abstract
Alumnxs con madres y/o padres del mismo sexo, docentes que luchan por ser respetadxs con independencia de sus elecciones sexo-genéricas, o niñxs que deciden cambiar su identidad, son ejemplos concretos de los modos en que las escuelas comienzan a abrirse a la experiencia de las diversidades corporales, sexuales e identitarias. Sin embargo, aunque existen programas de educación sexual y hubo avances significativos en materia de protección de estas experiencias, las violencias contra jóvenes LGBTI siguen persistiendo.